Un poco de historia - comienzos de la isla

Los portugueses fueron los primeros en pisar tierras de Curazao.  Tras llegar a la conclusión de que la isla no tenía oro ni agua fresca suficiente para establecer granjas grandes en ella y dedicarse a la agricultura, los españoles y portugueses finalmente abandonaron Curazao, lo que le dejó abierto el camino a la Compañía de las Indias Occidentales Holandesas, que en 1634 reclamó la tierra. El primer gobernador fue Peter Stuyvesant, que posteriormente partió a colonizar el nordeste de Estados Unidos y fue uno de los fundadores de lo que hoy día es la Ciudad de Nueva York.



Los primeros colonizadores holandeses levantaron las típicas casas de Willemstad en el puerto y las construyeron una al lado de la otra para así poder ahorrar tanto espacio como dinero. En aquella época, sin embargo, las casas no tenían los bonitos colores que tienen en la actualidad. En un principio, fueron pintadas de blanco y las preciosas fachadas en fabuloso technicolor que admiramos actualmente no se conocieron hasta mucho después. El cambio se atribuye a Albert Kikkert (conocido también como Froggie), por aquel entonces gobernador general de las islas, y también una figura con fama de extravagante. Se dice que Kikkert atribuía sus habituales dolores de cabeza al intenso resplandor de las blancas casas, y fue por eso que en 1817 decretó que se pintaran en diferentes tonos pasteles, una orden que a la larga terminó por alegrar el paisaje con muchos colores y que desde entonces aparece continuamente en todas las tarjetas postales y fotografías que se toman de la ciudad.


El puerto de aguas profundas de la isla, así como su estratégica ubicación, hicieron que fuera un sitio muy apetecido por otros países, y en dos ocasiones diferentes los ingleses se apoderaron del control de Curazao hasta que finalmente, en 1815, se la entregaron a Holanda a través del Tratado de París.

La isla languideció, sin embargo, hasta 1920, fecha en que se descubrió petróleo en la costa de Venezuela y Curazao pasó a convertirse en uno de los principales centros de la región para refinar petróleo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Curazao se convirtió en el centro administrativo de las Antillas Holandesas, a las que también pertenecen Bonaire, Saba, Sint Eustatius y Sint Maarten.

Hoy día por vueltas de la vida, Bonaire, unas de las más olvidadas entre las cinco, tendrá gran importancia al pasar a ser tierra holandesa - es decir - ahora no será antilla holandesa - será Holanda dentro del Caribe.

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