el oro sucio de los bancos suizos
” Es bueno que la guerra sea tan horrible. De otro modo, terminaría por gustarnos. “
(General ROBERT E. LEE, conocido por el “AS DE ESPADAS”, en el año 1865)
Había finalizado la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, y todos tuvimos ocasión de presenciar imágenes en el cine, en los libros y en las fotos que sólo recordarlas ponen los “pelos de punta”. Todos conocimos los métodos criminales de los NAZIS y cómo lograron hacerse con un gran emporio económico en un corto espacio de tiempo. Dentro de ese emporio se encontraba el denominado “ORO NAZI”, un emporio manchado de sangre al que nos referimos en este capítulo de la MEMORIA HISTORICA, entre otras cuestiones, por el papel tan importante como vergonzoso que protagonizaron los “vencedores de la CRUZADA” en nuestra Guerra Incivil, bajo el mandato de Francisco FRANCO Bahamonde.
Poco a poco una habitación de enormes
dimensiones se iba llenando con los cuerpos de los judíos procedentes de
los campos de concentración, pero antes habían sido cacheados y
despojados de todas sus pertenencias, tales como anillos, pendientes o
relojes para ser desnudados a continuación. En unos pocos minutos llenos
de angustia, los gritos de las personas en el interior de las cámaras de gas dejaban
de oirse, dando paso a un vergonzoso silencio. Las puertas se abrían, y
sobre los cadáveres desnudos, comenzaban a pasar los sicarios de HITLER, equipados von máscaras de gas y trajes aislantes que lucían su esvástica con orgullo, para ir abriéndoles la boca y comenzar a arrancarles las pocas pertenencias que les quedaban: sus dientes de oro.
Haya sido así o de cualquier otra repugnante manera, lo que ha quedado muy claro en la Historia del Mundo es que la Alemania nazi
había iniciado el exterminio del pueblo judío, a la vez que sus arcas
comenzaban a crecer por las nubes. Pero resulta evidente que aquella no
era la única manera de obtener su oro, aunque sí la más vergonzosa,
porque, desde los inicios de las hostilidades, HITLER ya había ordenado que, una vez se hubiera conquistado un país, las unidades especiales de la WEHRMACHT
penetraran raudamente en su banco central para robar las reservas de
oro y, desde allí, lo transportasen a los sótanos acorazados del REICHSBANK (Banco Central de Alemania). Posteriormente
eran fundidos en la ceca prusiana para borrar toda huella de su
verdadero origen, quedando convertido en lingotes de oro con los que
comprar los pertrechos bélicos para mantener la guerra. Un plan audaz
que permitió hacerse con los tesoros de Austria, Checoslovaquia, Hungria, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Yugoslavia, Albania y Grecia. Un oro al que debe de sumarse aquel otro
procedente de los robos a coleccionistas de arte privados, museos nacionales o simples ciudadanos de a pié.
Sin embargo, aunque la única responsable de la masacre fue ALEMANIA, hoy, después de setenta años, y gracias a la liberación de unos documentos llamados “Actividades objetables de Suiza en representación de los Nazis y el III REICH” hemos podido comprobar que un elevado número de países que hipócritamente se posicionaban neutrales, como ESPAÑA, PORTUGAL, ARGENTINA o el mismísimo VATICANO, entre otros, fueron los que en realidad sirvieron de desagüe para todo el oro robado por la Alemania Nazi, esto es que FRANCO, SALAZAR, PERON y la curia VATICANA aceptaron aquel oro ensangrentado como pago a los servicios prestados y ello les ayudaba a ir resolviendo las penosas situaciones financieras que sufrían. ¿Qué ha aportado SUIZA en más de 200 años de neutralidad ? : el reloj de “CUCO”. En el año 1997, el hallazgo de los historiadores del UNION BANK DE SUIZA demostraba muy claramente que los suizos no habían sido tampoco tan neutrales, pero sí muy “cucos”, cuando está demostrado documentalmente la vinculación de la banca y el Gobierno suizos con el tráfico de oro nazi procedente del expolio a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, la banca helvética tuvo que pagar MIL DOSCIENTOS MILLONES DE DOLARES a las familias de las víctimas del exterminio judío, a la vez que estas también demandaron a la banca alemana la cantidad de DIECIOCHO MIL MILLONES DE DOLARES más.
Aquel oro manchado de sangre era
ingresado en los bancos suizos para transformarlo en activos que servían
para sufragar los enormes costes ocasionados en la guerra y para
modernizar y costear aquel gigantesco arsenal bélico de los nazis.
Además, la banca suiza, totalmente de acuerdo con el gobierno de HITLER
se dedicaba a ocultar las cuentas de miles de judíos que habían sido
gaseados en los campos de concentración nazis. En la actualidad, gracias
a los trabajos realizados por la ” COMISION VOLKER”, creada en el año 1996, donde participaba el expresidente de la RESERVA FEDERAL DE LOS EE.UU. Paul VOLKER, sabemos que el total de estas cuentas encubiertas por los “cucos helvéticos” supera con creces el número de 54.000, a la vez que dejaba en evidencia a los tan poderosos como tramposos imperios bancarios, quienes habían argumentado hasta la saciedad la inexistencia de cualquier vestigio relacionado con aquellas cuentas.
Descubierta la conspiración de la banca y su colaboración con el Gobierno del III REICH, nos queda por dilucidar el papel que cumplía ese oro ensangrentado
en las arcas suizas, y la respuesta a esa pregunta saca a relucir ese
importante número de países europeos aludidos, que bajo el adjetivo de “neutrales” conspiraron para beneficiarse deloro nazi. Informes recientemente desclasificados demuestran que la ESPAÑA franquista estuvo fuertemente implicada en la RUTA DEL ORO NAZI, y que esta proporcionó materiales vitales a la ALEMANIA nazi a cambio de toneladas de tan preciado metal. Por supuesto, la ayuda que le prestó HITLER a FRANCO en nuestra Guerra Incivil en absoluto iba a resultar gratuíta, del mismo modo que tampoco lo fue la prestada por la URSS stalinista al gobierno de la II República, tal y como ha quedado escrito en otro capítulo de esta serie A PROPOSITO DE LA MEMORIA HISTORICA. Según el acuerdo establecido entre FRANCO y HITLER, nuestro pais tenía que entregar como pago materias primas, alimentos y cereales, quedando constituidas dos sociedades - HISPANO – MARROQUI DE TRANSPORTES S.L. ( HISMA ), y su hermana gemela la ROHSTOFFE UND WAREM EINIKAUFSGE SELLSCHAFT GMBH (ROWAK) – encargadas ambas de canalizar los intercambios mercantiles establecidos.
Finalizada la contienda incivil en España, FRANCO tuvo que devolver a HITLER la deuda contraida que se cifraba en 212 millones de dólares del año 1940, según la Comisión Investigadora que presidió el actual Defensor del Pueblo, Enrique MUJICA Herzog. Así, mientras el pueblo español se moría de hambre, los alimentos como el aceite de oliva o las naranjas eran enviados para Alemania junto a la División Azul con cargo al Estado español y miles de españoles a trabajar en situación de semiesclavitud a las fábricas alemanas, pero aquello no era suficiente y, con el PIO que te PIO, doce veces PIO, del VATICANO, surgió el “milagro” … del WOLFRAMIO que, tal y como llegó a manifestar el embajador alemán en España, Hans Heinrich Dieckhoft, al ministro español de Comercio e Industria, Demetrio CARCELLER, en marzo de 1943: “PARA NOSOTROS, EL WOLFRAMIO ES PRACTICAMENTE LO QUE LA SANGRE PARA EL HOMBRE”.
En efecto, el Wolframio
era un mineral muy versátil e imprescindible para el endurecimiento de
los carros acorazados nazis y para el reforzamiento de las puntas de los
obuses. Hasta el año 1939 Alemania venía abasteciéndose del mineral en la India y China, pero el bloqueo naval británico obligó a los nazis a buscar los yacimientos de ESPAÑA y Portugal. El problema para los nazis y la gran suerte para la España de FRANCO,
fue que los “yankis” se implicaron en ese comercio, provocando un
encarecimiento del mineral, hasta el punto de que la tonelada que valía 1300 dólares en enero de 1941, para el mes de octubre del mismo año ya se cotizaba a 20.000 dólares. Aquel panorama todavía resultaría mucho más beneficioso para España a partir del año 1942, cuando los británicos propusieron a los “yankis” un programa de adquisiciones prioritarias – COMITE DEL WOLFRAMIO – en
comprar aquellos productos estratégicos que, como el wolframio, era
preciso impedir que llegase a las manos de los nazis para retirarlos del
mercado. Sin embargo, el programa tuvo algún que otro fallo, siendo el
más importante la espectacular escalada de la producción sobrevenida
como consecuencia de la mayor demanda de mineral por parte del los “aliados” y de los “nazis”. Había ocurrido, lisa y llanamente, que cuanto más mineral se solicitaba más se extraía en las minas de LEON, GALICIA, SALAMANCA y EXTREMADURA y, claro, los precios aumentaban de forma escandalosa, desde las 7.500 pesetas hasta las 235.000 pesetas la tonelada, lo que lógicamente originó un descomunal enriquecimiento, no sólo para los propietarios de las minas sino para la Hacienda Pública – muchas
familias de las zonas mineras se habían echado al monte con picos y
palas para extraer el preciado mineral, trabajando día y noche, hasta
que FRANCO decidió conceder a la familia FIERRO la explotación de las minas -, de tal manera que nuestro país estuvo a punto de saldar toda la deuda de guerra contraida con los “nazis”. España, cuyas
reservas de oro casi habían desaparecido durante la contienda civil,
necesitaba de tan preciado metal para respaldar la peseta y hacer
frente a los créditos para poder adquirir alimentos y combustibles,
recibió remesas y remesas de aquel oro a través del Instituto Español de Moneda Extranjera (IEME), tal y como quedó reflejado en los “libros de compra de oro en el extranjero” , donde aparecen fielmente constatado la adquisición de 5.661
lingotes entre los años 1942 y 1945, lo que representa 67,4 toneladas
de oro fino, todas ellas adquiridas en el BANCO NACIONAL SUIZO, BANCO DE
INGLATERRA, BANCO ALEMAN TRASATLANTICO, BANCO INTERNACIONAL DE PAGO y
BANCO EXTERIOR DE ESPAÑA, al margen, claro está, del otro oro de contrabando que entraba en España a través del holding alemán SOFINDUS, facilitado por altas autoridades del franquismo para ayudar al “amigo nazi”, lo que supuso en 1944 en torno a las VEINTE TONELADAS DE ORO a cambio de cientos de toneladas de wolframio exportadas clandestinamente.
El método operativo era realmente sencillo: los alemanes robaban el oro de los países ocupados y de los prisioneros destinados en los campos de concentración. Lo “lavaban” en SUIZA y a cambio recibían divisas. Luego compraban el wolframio a ESPAÑA pagando en francos. ESPAÑA utilizaba ese dinero para adquirir el oro nazi en el país helvético, ya refundido y convertido en lingotes. El oro partía de SUIZA en tren hasta CANFRANC, cuyo paso fronterizo estaba supercontrolado por las SS y los miembros de la GESTAPO
– esta estación, a pesar de estar en suelo español, tenía doble
nacionalidad – , y de allí era trasladado por carretera aledificio del BANCO DE ESPAÑA, salvo las 12 toneladas de oro que se quedaron en cuentas de Lisboa, Londres y Berna.
Pero, al final, ¿qué sucedió
con las 67,4 toneladas de oro compradas por el IEME entre los años 1942 y
1945? ¿ Todavía se conservan en los sótanos del BANCO DE ESPAÑA ? La respuesta es que NO. Una vez que nuestro pais había obtenido permiso del TESORO NORTEAMERICANO para
negociar en los mercados internacionales, se lanzó a la búsqueda de
alguien que le concediese créditos para paliar la dramática situación
que atravesaba el país, y las encontró, precisamente en EE.UU. a través del CHASE NATIONAL BANK que concedió un préstamo al IEME de 30 millones , condicionado al traslado del oro como garantía para el pago. Así fue cómo aquellos lingotes viasjaron a la caja fuerte de la RESERVA FEDERAL DE NUEVA YORK, donde ya se quedaron en propiedad cuando, entre 1957 y 1958, el Gobierno de FRANCO se vio obligado a entregarlos al TESORO DE LOS EE.UU. ante la total imposibilidad de afrontar las deudas contraidas, esto es que el 1 de enero de 1959 la DICTADURA FRANQUISTA volvía a estar como antes de la Segunda Guerra Mundial, con sus reserevas de oro bajo mínimos. Por cierto, ¿ para cuando una clarificación de cuentas en el Parlamento Español, tanto del oro nazi como del oro de Moscú?
ANTON SAAVEDRA
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