Casa Batllo, Paseo de Gracia, Numero 43, Barcelona, España.
buenas tardes.
Antes de comenzar a relatarles sobre la Casa Batllo,
me gustaria que pinchen en el link de arriba, sobre este monumento Patrimonio de
la Humanidad. El video de Casa Batllo en movimiento, gano el premio de mejor
audiovisual turístico. 1er premio Mejor Film Cultural 2014 y el Gran
Premio del 7º Festival Internacional de Riga.
Una breve Biografia del Genio Antonio Gaudi.
Nacido en el seno de una familia de caldereros, en el
pueblo de Reus, 25 de Junio de 1852, fallecio en accidente vial con tranvía en
fecha 10 de Junio de 1926. En su infancia fue un niño de salud muy
delicada. El hecho de haber nacido de
padre calderero, le dio a Gaudi la oportunidad de expresar en sus obras ese
concepto de tridimensionalidad, ya que para soldar las calderas de cobre para
la época, se necesitaba tener una visión única y excepcional del espacio. De hecho, una vez graduado de Arquitecto,
Gaudi plasmaba sus obras en yeso moldeado, en maqueta de yeso, para asi
explicar a sus asistentes herreros y carpinteros del concepto novedoso que
deseaba.
En su juventud
se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, disciplina en la que se
graduó en 1878. Inicialmente colaboró en algunos despachos de renombrados
arquitectos de la época. Al momento de su graduación, el Rector de la
Universidad de Barcelona, Elies Rogent, expreso:
No se si le he dado el Titulo de Arquitecto a un loco,
o a un genio. El tiempo lo dira.
Gaudí uso la abundancia de formas en la naturaleza,
como por ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe mejor
estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son a la
vez funcionales y estéticas, y Gaudí las emplea con gran sabiduría, sabiendo
adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la
arquitectura. Gaudí asimilaba la forma helicoidal al movimiento, y la
hiperboloidal a la luz.
Otro de los elementos empleados profusamente por Gaudí
es la curva catenaria. Gaudí había estudiado en profundidad la geometría cuando
era joven, leyendo numerosos tratados sobre ingeniería que alababan las
virtudes de la utilización de la curva catenaria como elemento mecánico, que
sin embargo entonces solo se usaba en la construcción de puentes suspendidos;
Gaudí fue el primero en utilizar este elemento en la arquitectura común.
En 1883 fue nombrado arquitecto del templo expiatorio
de la Sagrada Familia, la obra que ocupó toda su vida y que se considera su
principal realización artística, a pesar de que quedó inconclusa y sin un
proyecto bien definido. En los primeros años se ocupó de la construcción de la
cripta y el ábside, y compaginó su
trabajo en el templo con diversos encargos civiles, como la villa denominada El
Capricho, en Comillas, o la casa Vicens, en Gracia, para Manuel Vicens.
Por entonces entró en contacto con el conde de Güell,
con quien mantuvo una relación casi de mecenazgo renacentista. Güell le encargó
en primer lugar algunos pabellones para su finca de Pedralbes y el palacio de
la calle Nou de la Rambla (1886-1891), donde Gaudí introdujo nuevos elementos
constructivos como el arco parabólico.
Bastan estas obras de la primera época para
individualizar algunas de las constantes de la arquitectura gaudiniana, desde
su peculiar recreación del gótico hasta su predilección por las formas curvas y
dinámicas. Gaudí asumió la idea del
«arte total» preconizada por Wagner, de donde deriva su aplicación a la
arquitectura de técnicas de decoración artesanas (vidrieras, hierro forjado,
muebles diseñados por él mismo) y su singular empleo de los mosaicos de
fragmentos de cerámica de vivos colores.
Las crónicas del Diario La Vanguardia menciona para la época de la
reconstrucción de la Casa Mila, que Antonio Gaudi inspeccionaba la obra montado
en carruaje a caballos, y en algunas ocasiones no se bajaba, daba variadas
vueltas a la Casa Mila y desde el carruaje giraba las instrucciones a los
Maestros de Obra.
En 1892, los Fernández y Andrés le encargaron una casa
en León, conocida como Casa de los Botines. En lo sucesivo, sus principales
encargos fueron inmuebles de pisos, como la casa Calvet, la casa Batlló y la
casa Milà, más conocida como La Pedrera y culminación en cierto modo del genio
de Gaudí por la singular concepción de su fachada ondulada de piedra y hierro
forjado y por el conjunto de 33 chimeneas helicoidales de la azotea. Por
cierto, hay escasas menciones y reconocimiento a los balcones de hierro forjado
de Casa Mila, a los hermanos Badia y Miarnau, quienes plasmaron semejante
belleza de matas trepadoras en hierro.
Los balcones de esta Casa son una obra de arte como pocas.
El mentor de Gaudi, Eusebio Güell, le confió dos
encargos de gran envergadura: una colonia obrera en Santa Coloma de Cervelló,
de la que sólo se completó la iglesia, sorprendentemente integrada en el
paisaje, y una ciudad-jardín, que también quedó inconclusa y es en la
actualidad un parque público (el parque Güell), que integra los distintos
pabellones realizados por el arquitecto, así como un espacio columnado (que según
el proyecto original debía destinarse al mercado) y la plaza, con un original
banco corrido de azulejería.
En el año 1926, cuando murió atropellado por un
tranvía, Gaudí era un arquitecto reconocido por sus coetáneos dentro y fuera de
las fronteras españolas, pero su singular genio innovador y creativo no fue
aceptado universalmente hasta bastantes décadas más tarde. En la actualidad, su
figura es internacionalmente reconocida y su obra se cuenta entre las más
admiradas de la arquitectura de todos los tiempos. De hecho, la Pedrera – casa Mila – recibió
muchísimas burlas y satiras en los diarios de la época. Me gustaría verles la cara hoy dia a estos
reporteros que se burlaron de la Casa Mila, llamándola un escondrijo de
alimañas y otros denominativos peores.
Aca quiero comentarles que para fines de siglo XIX y
comienzos de Siglo XX, Barcelona fue el
Centro de la Moda Mundial, de hecho, tuvo una tienda por Departamentos que
excedia sobradamente a las Tiendas Macys y Bloomingdales de Nueva York, la
Tienda se llamaba Almacenes el Siglo, y estaba ubicada en Las Ramblas de
Cataluña, muy cercanas a la Calle el Comercio, en el Barrio La
Barceloneta. En las vitrinas de dicha
tienda colocaron de adorno para Navidad de 1932 un tren con rieles eléctrico,
pero cometieron la torpeza de colocar en los vagones carbones encendidos, lo
que provoco un incendio de magnitudes enormes, y se extendió por la cuadra
entera. La tienda daba fuente de empleo
a 1.600 personas, entre costureras, modistas, gerentes de ventas y obreros. Cuentan las crónicas de los diarios, que la
tienda estaba asegurada por 25 Compañias aseguradoras, entre las que contaba la
famosa Lloyd Insurances de Londres.
En la historia de la vivienda Batlló existieron
diferentes propietarios. El arquitecto casa Batlló fue Emilio Sala Cortés
(Profesor de la escuela de arquitectura de Barcelona y fue uno de los
profesores de Gaudí). En 1903 el edificio fue adquirido por el industrial Josep
Batlló i Casanovas, un rico hombre de negocios que poseía diversas fábricas
textiles en Barcelona.
Estaba casado con Amàlia Godó i Belaunzarán, de la
familia de los condes de Godó, editores del diario La Vanguardia, con la que
tuvo cinco hijos. El matrimonio vivió en la planta noble de la casa hasta la
defunción de ambos (en 1934 el señor Batlló y en 1940 su mujer), la cual fue
vendida en 1954 por sus hijos, instalados a su vez en otros pisos algunos de
los cuales han sido habitados hasta hoy día.
Batlló compró el edificio por 510.000 pesetas, con la
primera intención de derribarlo y construir uno nuevo, aunque luego se conformó
con reformarlo y dar su toque particular al interiorismo de la vivienda.
Mientras él se reservó la planta principal el resto lo explotó en régimen de
alquiler, como era habitual en las casas burguesas de la época (aunque también
entregó algunos pisos a sus hijos según se iban casando).
El edificio se ubicaba en pleno Ensanche de Barcelona,
proyectado por Ildefonso Cerdá y aprobado en 1859, con un sistema reticular de
manzanas de viviendas con los ángulos recortados, con la previsión de edificar
por dos lados y dedicar el resto a jardines, punto este último que finalmente
no se llevó a cabo. Por cierto, para la
época de la remodelación de Casa Battlo, a esa cuadra la apodaron La Manzana de
la Discordia, por cuanto se encontraban una tras otras las obras de los mejores
Arquitectos de la Epoca, quienes se reñían por el puesto numero uno del Premio
Nacional de Arquitectura.
Con el Ensanche, el Paseo de Gracia se convirtió en
una de las principales arterias de la ciudad, por lo que fue elegido por la
burguesía catalana para fijar sus residencias, gracias a lo cual esta vía
creció rápidamente y se convirtió en un hervidero constructivo donde
desarrollaron su labor los mejores arquitectos de Barcelona.
Para la remodelación Batlló encargó el proyecto a
Antonio Gaudí, por aquel entonces un arquitecto ya de gran renombre. El
arquitecto se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces
interior y la azotea, y levantó un quinto piso para los servicios de la casa
Batlló de Gaudí (lavaderos y trasteros) siguiendo su línea modernista.
El proyecto de Gaudí sufrió varias modificaciones
desde su concepción hasta su realización final, debido a la continua búsqueda
de las mejores soluciones estructurales por parte del arquitecto. Gaudi tenia la peculiaridad de excederse en
su presupuesto inicial, en la medida que perfeccionaba la decoración interna y
externa de las obras que reestructuraba.
En el primer esbozo, mostraba una primera intención de
coronar el edificio con una sinuosa cúpula de forma irregular, que finalmente
se transformó en una bóveda con forma de dragón, que es el principal sello
distintivo del edificio. Asimismo, la torre con la cruz de cuatro brazos que
remata la azotea estaba prevista en la parte izquierda del terrado, pero Gaudí
la trasladó hacia el centro para que no interfiriese con el remate escalonado
de la adyacente Casa Amatller, mostrando un gran respeto por la labor de su
colega Puig i Cadafalch.
La Casa Batlló pasó en 1940 en herencia a las hijas
del matrimonio Batlló-Godó (Carmen y Mercedes), las cuales la vendieron en 1954
a Seguros Iberia, que instaló allí sus oficinas comerciales. En 1984 se instaló
la iluminación eléctrica de la fachada, inaugurada en las Fiestas de la Mercè
de ese año.
En 1993 fue adquirida por la familia Bernat,
propietarios de la compañía Chupa Chups, que la restauraron y la abrieron
comercialmente al público, siendo en la actualidad un punto de visita casi
obligatorio para cualquier turista.
La Casa Batlló fue declarada Monumento
Histórico-Artístico de Carácter Nacional en 1969, y desde el año 2005 forma
parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, dentro del Lugar “Obras de
Antoni Gaudí”.
Esta casa personifica la Leyenda de San Jorge, en
catalán es Sant Jordi, el Patrono de los Catalanes, y la historia relata que el
Santo, por cierto muy parecido a San Miguel Arcangel, lucha contra un dragon
que tiene encarcelada a una damisela y San Jorge la libera. Es curioso como
todas las leyendas tienen su origen en la Mitologia Griega, el caso de la
leyenda de Andromeda, hija de Casiopea, atada a una roca y en riesgo de ser
devorada por el dragon, la damisela en apuros es rescatada por Perseo, que con
la cabeza de la Medusa convierte en piedra al dragon.
Lo fabuloso de Casa Batllo es la riqueza de imágenes y
formas marinas, pudiendo observarse en sus detalles tortugas, pulpos, olas,
hojas vegetales. En la baranda de la
escalera se puede ver las vertebras del dragon en madera de roble finamente
pulida.
En algunas columnas de sus habitaciones se observa la
semblanza con los huesos femur, cubito y radio de un mamífero. En los tragaluces la imaginación te lleva a
ver los ojos del dragon posado en la azotea del edificio, en el conjunto de la
azotea destacan las chimeneas —un total de 27, dispuestas en cuatro grupos, de
formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos; están revestidas de vidrio transparente en su
parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de
cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. El pavimento
lo realizó con los mosaicos de desecho del anterior edificio, dispuestos en
trencadís, aunque con el tiempo fue sustituido.
Las tejas del techo son las escamas del dragon, en
tonos de azul indigo, azul celeste y algunos tonos de verde.
Espero que lo disfruten.
Un abrazo,
Magaly Castro.
18 de Junio de 2019.
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